¡Chapeau, Sevilla!

Los jugadores del Espanyol, con el

trofeo cedido por el Sevilla.

La noticia del día y para mí una de las noticias del año, no se ha producido en el Bernabéu, el Camp Nou ni el Calderón; no la han producido los grandes "cracks" con contratos millonarios que ocupan portadas; no se ha producido ni siquiera en el fútbol profesional, sino en un pequeño campo de la categoría alevín del fútbol español. En la final del Torneo de Iruagi, el Sevilla se enfrentaba en la final al Espanyol, y los andaluces se llevaban el torneo en la tanda de penalties.

Pero sería por poco tiempo. Tras hablar con sus chicos, el técnico del Sevilla Alevín, Ernesto Chao, decidió ceder la copa al Espanyol por considerar que los catalanes habían hecho mejor fútbol a lo largo del torneo y que se habían merecido el trofeo. Un auténtico detallazo, un gesto admirable de los que no abundan en el fútbol - un deporte en el que a menudo prima más la pillería y la trampa que los gestos deportivos - y que supone además un ejemplo enorme para todos: niños, jóvenes, técnicos de todas las categorías, profesionales y todos los estamentos del fútbol en general. 

Ojalá gestos como este se repitan más en los terrenos de juego. Nos permitirían disfrutar de un mejor espectáculo, que al final es de lo que se trata este circo. En los años que llevo viendo fútbol nunca había visto un gesto deportivo como este, así que lo único que puedo hacer es quitarme el sombrero ante el técnico Ernesto Chao, y el Sevilla. ¡Chapeau!.