El Santos se proclamó campeón y Neymar se confirmó como uno de los jugadores de moda. |
Anoche, las cámaras de medio mundo se centraban en Sudamérica, en una de las noches más importantes de la temporada para el fútbol del continente. Por un lado, Santos y Peñarol se enfrentaban en la final de la Copa Libertadoras para decidir el campeón sudamericano, y por otro, River se jugaba su futuro en el partido de ida de la promoción de descenso al Nacional B argentino.
Los 40000 aficionados que llenaban el Pacaembú de Sao Paulo, vieron como el Santos de Neymar y Ganso se llevaba la tercera Copa Libertadores de su historia, tambien bajo la atenta mirada de una leyenda del club de siempre, como Pelé. Ganso llevó la batuta en el medio campo - lo que le valió ser elegido mejor jugador del partido - mientras el jugador pretendido por el Real Madrid abrió el marcador y rompió la resistencia de los uruguayos, que plantearon un partido físico, incomodando a los brasileños durante todo el primer tiempo. Tras el gol, el Santos, con más espacios, jugó sus mejores minutos, y Danilo pudo anotar el segundo, aunque después Peñarol acortó distancias con un gol en propia puerta. Al final, un 2-1 que permite al Santos levantar el trofeo cuarenta y ocho años despues...no sin antes de que ambos equipos se liaran a golpes en una batalla campal lamentable con la que terminó el partido.
La situación de River, más dramática que nunca tras perder por 2-0. |
Mientras, no tan lejos de allí, River y Belgrano disputaban en Córdoba el primer capítulo de una promoción histórica, que deja a los millonarios al borde del abismo tras caer por 2-0. Lo peor para los bonaerenses es que el final del partido dejó una imagen dramática, cuando varios aficionados saltaron al cesped para increpar a sus jugadores y la policía tuvo que intervenir para evitar males mayores. Ahora, River se plantea jugar el partido de vuelta a puerta cerrada en El Monumental para evitar incidentes, lo que empeora aún más su situación. Es cierto que en Argentina el fútbol siempre se ha vivido con pasión, casi como una religión, y que el descenso supondría un golpe muy duro para una hinchada como la de River, pero eso no justifica el comportamiento de algunos descerebrados, que se olvidan que el fútbol no es más que un juego. Dudo mucho que haya alguien más interesado en salir de esa situación que Juan Jose López y los suyos, pero el fútbol es caprichoso y a veces los resultados no acompañan como a uno le gustaría.
En resumen, que la noche histórica del fútbol sudamericano mostró luces y sombras, acabó en batalla, y nos dejó la cara y la cruz de la misma moneda: Santos, campeón, y River Plate, muy cerca de consumar el descenso.
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