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domingo, 12 de junio de 2011

Brolin, el diablo con cara de niño

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Brolin llevó a Suecia al 
tercer puesto en el 
Mundial en 1994.
En el mes de Junio de 1992, en la Eurocopa de Suecia, un chico con cara de niño maravillaba al continente al conducir al país anfitrión a las semifinales del torneo en la primera participación del país nórdico en un campeonato de Europa. Desde ese momento, Tomas Brolin (Hudiksvall, Suecia, 1969), se convirtió, con tan sólo 22 años, en el ídolo local y en una de las perlas más codiciadas del fútbol europeo.

Brolin era distinto al prototipo de futbolista del norte de Europa; habilidoso en el regate, rápido y desequilibrante, con buena visión de juego, el sueco se movía con libertad de movimientos por detrás del punta, y solía caer con frecuencia a las bandas; tenía llegada, pero no era un goleador. Fichado en 1990 por el Parma cuando acababa de ascender a la Seria A, Brolin contribuyó a hacer de éste modesto club italiano un grande del fútbol europeo de mediados de los noventa, consiguiendo una Copa de Italia, una Recopa de Europa y una Copa de la UEFA.

Brolin ahora se dedica
profesionalmente al
póker.
En el Mundial de EEUU en 1994, Brolin agrandó aún más su figura, al ser una de las grandes estrellas del campeonato, dónde Suecia acabó tercera, el mejor puesto de la historia del país en una Copa del Mundo. Todo hacía presagiar un futuro brillante a este sueco con cara de niño, pero sin embargo, su carrera pronto comenzó su declive. Al Parma llegaron estrellas de renombre como Asprilla, Zola o Stoichkov, y una lesión a finales de 1994 le hizo perder su sitio en el once, por lo que fue traspasado al Leeds United en 1995. En el fútbol inglés nunca se asentó, y los debates sobre su estado de forma y su motivación para continuar jugando al fútbol fueron constantes; un año después fue cedido al Zürich, y en 1997, retorno al Parma de nuevo en una cesión, sin mucho éxito. En 1998, fuera de forma y con bastantes kilos de más, jugó media temporada con el Crystal Palace, dónde decidió poner punto y final a su carrera con sólo 29 años. Con su selección, fue internacional en 47 ocasiones, marcando 26 goles.

Desde su retirada, el ex-jugador sueco viene desarrollando una carrera bien diferente, la del póker, y participa a nivel profesional en campeonatos de este juego con notables resultados. Tomas Brolin es un gran ejemplo de lo difícil que es mantenerse en el fútbol de élite; consiguió mucho siendo muy joven y luego no fue capaz de mantener la motivación y la disciplina necesarias para continuar al más alto nivel, a pesar de su talento. Una pena por una carrera que parecía que sería brillante, y que acabó extinguiéndose demasiado pronto.

2 comentarios:

  1. Tomas Brolin, Martin Dahlin, un jovencisimo y con rastas Henrik Larsson y uno que ya prometia que era Kennet Andersson...... Menuda delantera!!! Y sin olvidarnos de Ravelli, la mejor Suecia de todos los tiempos.

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  2. Y dos jóvenes defensas que se dieron a conocer como Patrik Andersson y Bjorklund, con Schwarz - viejos conocidos todos del fútbol español - e Ingesson formando un compacto medio campo. Dahlin era un buen delantero que jugó en la Roma y Keneth Andersson era un delantero alto muy al estilo británico que tuvo su momento de gloria en aquél Mundial y luego desapareció; sonó por entoonces para el Atlético...

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