La policía tuvo que intervenir ante
unos aficionados del Elche que
saltaron al césped.
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Al ver a la policía interviniendo el Sábado pasado en el Martínez Valero para evitar que el público local agrediera a los jugadores del Granada mientras celebraban el ascenso, no pude evitar pensar en lo lejos que éste juego se encuentra de ser un ejemplo, y la cantidad de cosas que tienen que cambiar para conseguirlo. No me entra en la cabeza por qué un aficionado no puede acudir con la camiseta de su equipo a cualquier estadio del mundo sin sentirse amenazado, ni celebrar una victoria con total libertad en cualquier lugar, como a ti mismo seguramente te gustaría hacer en su situación.
Muchas cosas son las que tienen que cambiar en el fútbol, y somos los propios aficionados los que tenemos que hacer autocrítica; mientras en otros deportes se castiga y penaliza a los tramposos y a los violentos, en el fútbol se les alienta, se les ríe "la gracia". Recuerdo hace unos años en un partido entre Málaga y Athletic en La Rosaleda a un señor sentado a pocos metros de mí, que acudió con su camiseta del equipo rojiblanco a ver el partido. Un chico de unos quince años - idiota, para más señas - recorrió medio estadio saltando las vallas separadoras para ir a quitarle la camiseta al señor, mientras los energúmenos de siempre - que por desgracia en estos casos florecen como champiñones - jaleaban al individuo, que acabó mostrando la camiseta robada como un trofeo a todo el estadio. Lamentablemente, esa es la cultura que se ha impuesto en éste deporte, y pasará mucho mucho tiempo para que pueda cambiarse, si es que alguna vez se consigue.
Muchas cosas son las que tienen que cambiar en el fútbol, y somos los propios aficionados los que tenemos que hacer autocrítica; mientras en otros deportes se castiga y penaliza a los tramposos y a los violentos, en el fútbol se les alienta, se les ríe "la gracia". Recuerdo hace unos años en un partido entre Málaga y Athletic en La Rosaleda a un señor sentado a pocos metros de mí, que acudió con su camiseta del equipo rojiblanco a ver el partido. Un chico de unos quince años - idiota, para más señas - recorrió medio estadio saltando las vallas separadoras para ir a quitarle la camiseta al señor, mientras los energúmenos de siempre - que por desgracia en estos casos florecen como champiñones - jaleaban al individuo, que acabó mostrando la camiseta robada como un trofeo a todo el estadio. Lamentablemente, esa es la cultura que se ha impuesto en éste deporte, y pasará mucho mucho tiempo para que pueda cambiarse, si es que alguna vez se consigue.
Hace unos meses tuve la suerte de acudir a un partido Nadal-Djokovic en el Masters de la ATP; era la primera vez que veía un partido de tenis en directo y quedé sorprendido con el respeto que tienen todos, público y jugadores, por las normas del juego, por los rivales, por las decisiones arbitrales...me pareció un espectáculo fantástico, una cultura que es noche y día con la del fútbol, en la que gana quien juega mejor, y se le respeta por ello. Por eso sentí rabia el Sábado al ver a todos esos descerebrados - por no llamarlos de otra manera - que saltaron al campo para acabar con algo tan básico y tan necesario en cualquier deporte: el civismo. Y en este sentido el fútbol, lamentablemente, aún tiene un largo camino por recorrer...
Encima la cosa no ha quedado ahí, acabo de ver las imagenes de la celebración en el ayuntamiento de Granada y anda que lo han arreglado....
ResponderEliminarYo te puedo decir que he tenido la suerte de ver al Málaga en el campo del Getafe varias veces entre liga y copa, porque desde la Eurocopa de 2008 tengo amigos allí y con mi camiseta del Málaga sin problema jamás. Y ellos tambien han venido con sus camisetas a la Rosaleda y quitando a algún tonto..... Todo bien!!!