Bosman cambió con su denuncia la
normativa de traspasos y el permitió
la libre circulación de jugadores
europeos.
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Jean-Marc Bosman saltó a la fama a finales del año 1995, por una denuncia laboral que revolucionó la normativa de traspasos del fútbol moderno. Su autor, Bosman (Bélgica, 1964) fue un futbolista que jugaba como defensa en el RFC Liège de la Primera División belga, hasta el verano de 1990, en el que el club le ofrece prolongar su contrato por un año más, oferta que rechaza por considerarla insuficiente. El club decide entonces declararlo transferible, fijando una cláusula de indemnización por una cantidad cercana a los 12 millones de francos belgas (alrededor de 300000 Euros) a pesar de que su contrato expiraba. Un mes después, el jugador llega a un acuerdo con la US Dunkerque, pero el club francés se niega a abonar dicha cláusula, por lo que el traspaso se rompe y él queda apartado del equipo.
Entonces, Bosman presentó una demanda contra el RFC Liège, la Federación Belga de Fútbol, la UEFA y la FIFA, por considerar que la normativa de traspasos le había impedido su pase al Dunkerque. Su defensa se basó en una interpretación del Tratado de Roma del 25 de Marzo de 1957, por la cual se prohíbe que las organizaciones deportivas nacionales e internacionales establezcan reglamentaciones que limiten el acceso de los jugadores profesionales de la Comunidad Europea a las competiciones organizadas, así como que los clubes puedan exigir el pago de una cantidad de dinero por traspaso de un jugador habiendo terminado su contrato. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea en Luxemburgo dictó sentencia a favor Bosman el 15 de Diciembre de 1995, declarando ilegales las indemnizaciones por traspaso y, lo más importante, los cupos de extranjero para los jugadores pertenecientes a la Unión Europea.
Bosman, en la actualidad, arruinado
pese a la fama que le proporcionó el
caso.
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Tras vencer aquella batalla judicial - bastante costosa por cierto - Bosman quedó sin empleo y cayó en la depresión y el alcohol, según publicaba recientemente el diario británico The Sun. Actualmente, lucha por dejar la bebida con el apoyo de su familia y sobrevive gracias a las subvenciones del gobierno belga. Su lucha contra contra el sistema le llevó a la fama y cambió el fútbol moderno, pero también provocó que ningún club le quisiera ofrecercontratos por miedo a las denuncias, lo que le llevó finalmente, a la ruina.
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