Nuevos ricos

En los últimos años se han dado varios casos de clubes más o menos modestos que son comprados por ricos empresarios con la promesa de hacer un equipo campeón. El ejemplo más llamativo esta temporada ha sido el del Málaga C.F.

Pellegrini, en su presentación.

Con la llegada del jeque catarí Abdullah ben Nasser Al Thani, el equipo de la Costa del Sol ha visto como el club se ha transformado considerablemente, pasando de ser un club endeudado, plagado de cedidos año tras año, que vivía al día sin ninguna o muy poca inversión de futuro, a generar ilusión trayendo nombres ilustres. Baptista, Maresca, Demichelis, Asenjo, Quincy, el internacional uruguayo Sebastián Fernández, el venezolano Rondón, incluyendo a los técnicos Jesualdo Ferreira o Pellegrini encabezan el cartel. Sin embargo, esa ilusión inicial no se está viendo respaldada por los resultados en el campo. 29 puntos en 30 jornadas hablan por sí solos.

A mi modo de ver, entre tanto nombre el equipo se muestra blando en el medio campo, con poca recuperación de balón y mala colocación, lo que afecta a la defensa, que sufre demasiado principalmente por las bandas. Falta un líder en el medio, un pivote defensivo que robe balones y distribuya sin complicarse, y falta más ayuda de los jugadores de banda. No le vendría mal reforzarse con un par de...laterales este verano.

Baptista, fichado en el mercado

invernal.

Está claro que el fútbol maneja unos códigos que van más allá del dinero. Se me vienen a la cabeza ejemplos famosos como el del Chelsea o el Manchester City recientemente o el Fulham hace unos años, en los que a pesar de la fortísima inversión realizada aún no han terminado de destacar por encima de otros grandes de Europa. Es cierto que el Chelsea ha ganado tres Premiership últimamente, pero no ha conseguido el anhelado título de campeón de Europa a pesar del continuo movimiento de la chequera de Abramovich; mientras, el club de Manchester, aún no ha conseguido meterse en la lucha por un título importante.

Y es que los grandes clubes no los hacen sólo los grandes jugadores y el dinero. También cuentan, y mucho, la estructura del club y la costumbre que tengan todos - desde la plantilla, técnicos, e incluso la afición - de pelear los títulos. Ese "intangible" es lo que hace a un club grande, es lo que marca la diferencia. Por eso los nuevos ricos requieren tiempo para hacerse un hueco entre los mejores, y a muchos de esos millonarios compradores no les sobra la paciencia.