En fútbol una semana es mucho

En el fútbol, el estado de ánimo puede

cambiar redicalmente en cuestión de días.

Resulta sorpredente cómo en el mundo del fútbol pueden cambiar tantas cosas en tan sólo siete días, tal vez esa sea una de las razones que lo hacen grande. Y es que hace apenas una semana, el Barcelona ganaba por la mínima en el Bernabéu, jugaba con un hombre más y daba la impresión de tener la situación controlada, dando cierta impresión de superioridad. Luego el Madrid empató, a pesar de jugar con diez, y, aunque no cambió demasiado de cara a la Liga, si que pareció salir reforzado anímicamente del choque. La victoria de los blancos en la final de la Copa del Rey tres días más tarde parece haber tenido un efecto multiplicador de euforia en unos y depresión en otros, acentuado con la contundente goleada al Valencia el pasado fin de semana, incluso jugando con los menos habituales.

Ahora el panorama parece totalmente diferente. Los medios, los aficionados e incluso los técnicos dan ahora como favorito a los blancos para la eliminatoria de Champions, mientras que de los azulgrana sólo se comenta el cansancio físico de la plantilla, los lesionados o el mal momento de algunos de sus jugadores clave.



El Málaga sale del descenso gracias

a los goles de Baptista.



Y lo mismo puede decirse de la lucha por la permanencia. La semana pasada, el Málaga se la jugaba en casa ante el Mallorca con la obligación de ganar para no quedarse descolgado de los puestos de permanencia que estaban a tres puntos; mientras, otros equipos como Deportivo, Zaragoza u Osasuna gozaban de cierto respiro. Ahora, tras las victorias ante los mallorquinistas y en el Sardinero ante el Racing, son los blanquiazules los que miran hacia abajo y el optimismo se deja notar. Tal vez dentro de una semana todo sea de nuevo diferente. O no, quién sabe. Porque en el fútbol una semana es mucho, y pueden pasar muchas cosas.