El plan B de Mourinho y el ritmo del Barça

Cuando vi la alineación de Mourinho ayer para jugársela en San Mamés, lo primero que pensé es que el portugués estaba dando menos prioridad a la Liga que a la Champions o a la Copa. Dejar en el banquillo a medio equipo titular - Marcelo, Ozil, Xabi Alonso, Cristiano... - en una salida tan complicada no es lo normal a estas alturas para un equipo que quiere ser campeón. Sin embargo, la actitud del equipo fue bien diferente.

Kaká hizo dos goles de penalty, 

cometidos sobre Di María.

Tengo que decir que el partido me defraudó. Muchas imprecisiones, demasiadas faltas, tarjetas y unas cuantas perdonadas - Gurpegui y Sergio Ramos no debieron haber acabado el partido. Y en ese escenario, el Madrid se movió como pez en el agua. Se mostró serio en defensa, bien colocado, aguerrido en el medio y peligroso en las contras, con un aceptable partido de Kaká en el enganche y un Di María desequilibrante. Mientras, el Athletic se perdía en el juego embarullado y las faltas. Tengo la impresión de que Caparrós había concienciado a los suyos durante la semana de que debían hacer un partido agresivo, mordiendo, pero en la práctica lo hicieron sin mucho sentido, sin cabeza y eso le mató. No fue un gran partido; incluso en mi opinión el resultado fue algo excesivo para los méritos de unos y otros, pero el equipo blanco no regaló la Liga, y se agradece.

El Barça sufrió para

ganar al Almería.

Justo después, el Barça saltaba al Camp Nou con la obligación de ganar al Almería para mantener la distancia de 8 puntos conseguida hace siete días en Villarreal. Aunque a priori podía parecer que sería un partido cómodo para los azulgrana, desde el primer minuto se vio que no sería así. Con el Almería bien plantado y sin renunciar al ataque, al Barça le costó entrar en el choque. Con Villa en el b

anco, ni Xavi, ni Messi, ni Iniesta aparecían en la elaboración, y sólo Bojan se mostraba activo. Y a la vuelta del descanso, el Almería se adelantaba con una contra de libro que finalizó Corona. 0-1 y viendo como iba el partido, panorama difícil.

Pero todo cambió de pronto para el líder. Primero, un balón en profundidad a Villa que sorteó a Diego Alves y éste lo arrolló. Penalty que pareció claro y Messi empató el partido. Después, gol de cabeza de Thiago. El hijo de Mazinho tiene el toque de los chicos formados en La Masía y tanto desparpajo como futuro. Luego, el Barça pareció bajar el ritmo, medir fuerzas y administrar esfuerzos. Se le vienen los partidos más importantes de la temporada, pero hoy dormirá con el objetivo cumplido de visitar el Bernabéu con 8 puntos de ventaja.