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martes, 2 de octubre de 2012

El Barça de Tito y la bola sin control

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Desde la llegada de Tito Vilanova al banquillo azulgrana, había interés por saber cuáles serían las diferencias entre este Barça y el de Pep Guardiola. Transcurridos los dos primeros meses de competición, observo a mi modo de ver una diferencia importante: a este equipo le cuesta algo más mantener el control de los partidos.
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"No todo en el fútbol es cuestión de números, sino también de sensaciones, y la que me deja el juego es que este Barça de Tito defiende unos metros más atrás".
o me parece casualidad que en este arranque, el Barça haya encajado más goles de los que acostumbraba. No todo en el fútbol es cuestión de números, sino también de sensaciones, y la que me deja el juego es que éste Barça de Tito defiende unos metros más atrás que el de Guardiola. Le encuentro una lógica, acertada o no. La del afán por corregir probablemente el defecto más visible que ha tenido este equipo en su pasado reciente: ahogarse sin espacios ante equipos que defienden muy atrás. Y es que el tiempo en fútbol sirve para conjuntar bloques o automatizar movimientos, en la misma medida que sirve para automatizar los planteamientos rivales. Si juegas ante el Barça, sabes que no tendrás balón - no pierde la disputa de la posesión desde 2008 - así que sólo te queda parapetarte atrás y esperar que no tengan el día. El problema es que al Barça se le vio nublado y sin ideas en los partidos más importantes de la temporada pasada, ante equipos que defendieron muy cerca de su portería.

Por eso entendería que Tito Vilanova andara buscando soluciones. Una lógica es obligar un poco más al rival a salir de su área para dejar más espacios atrás, pero eso es difícil cuando el Barça ahoga arriba como solía, así que una opción es retrasar un poco la línea de presión. Tiene sentido, pero habrá que ver si es un planteamiento acertado a medio plazo. Me parece que a este equipo le cuesta defender sin balón, y no se siente cómodo cuando el rival llega a ciertas zonas de su propio campo, principalmente porque no tiene una defensa pensada exactamente para defender - si se me entiende - sino para jugar el balón. Así que con una línea de presión más atrás veremos a menudo esa sensación de cierto descontrol que se pudo ver en algunas fases del partido ante el Benfica, y en otros partidos del arranque de la temporada. Y eso que la posesión sigue siendo prácticamente la misma, la diferencia está en el juego sin balón. Si se confirma que este Barça juega unos metros más atrás, habrá que corregir posiciones, y volver a automatizar unos movimientos ligeramente diferentes para conseguir más solidez. Y los rivales tendrán entonces que buscar de nuevo el antídoto para completar el ciclo.

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