Por fin se produjo el esperadísimo debut de Brasil en la Copa América '2011, con un empate sin goles ante Venezuela en La Plata, el mismo escenario dónde Argentina había abierto el campeonato ante Bolivia dos días atrás, y con el mismo resultado. Mucho se había hablado del combinado brasileño y de su joven figura, Neymar y, aunque el resultado fue decepcionante, en mi opinión el partido dejó dos lecturas diferentes para el equipo de Menezes. En el aspecto positivo, la generación de futbolistas que tiene ahora Brasil me parece prometedora, y su idea de juego, también. Durante los primeros minutos de partido el equipo se mostró eléctrico, rápido, con combinaciones constantes, con movilidad, mezclando el juego de toque con el balón largo y con facilidad para llegar al área; un equipo totalmente diferente al encorsetado, táctico y aburrido de Dunga. En el aspecto negativo, que ese juego se fue diluyendo con el paso de los minutos, le faltó continuidad y cada vez se volvió más impreciso y precipitado, perdiéndose en la red tejida por César Farías.
Menezes optó por dos hombres de músculo en el doble pivote, Ramires y Lucas Leiva, para dar libertad a los cuatro de arriba. En los primeros minutos, Neymar y Robinho se mostraban activos, y contaban con las incorporaciones constantes de Dani Alves y André Santos en banda, mientras Ganso - flojo partido el suyo - buscaba pases interiores hacia Pato, que fue el mejor de Brasil, el jugador más incisivo. Venezuela, por contra, confirma una vez más su crecimiento en el panorama internacional. Bien organizada, supo aguantar el temporal al inicio y mantener la intensidad para incomodar el juego brasileño. Con ayudas constantes en los laterales, tapó el peligro de Neymar y Robinho en el uno contra uno, y se mostró cada vez más cómoda en el partido, aunque sin llegar con mucho peligro arriba. Miku, más lejos del área de lo que suele, hizo un buen trabajo en el enganche ofreciéndose para dar salida al balón, pero el equipo salía con pocos hombres a la contra, por lo que Rondón tuvo poco protagonismo.
Con el paso de los minutos, la "vinotinto" acabó por convertirse en una pesadilla para Brasil, que se vio incapaz de superar la intensidad de los venezolanos. Neymar, del que tanto se había hablado en los últimos días, dejó algunos detalles de calidad en los primeros minutos, pero se diluyó con el resto del equipo. Tras el empate, Venezuela puede mirar con optimismo su andadura en el Grupo B y se lo jugará todo con Ecuador y Paraguay, mientras que Brasil, tras un debut tan gris, sólo puede aspirar a crecer en el campeonato; cómo dije al principio, margen de mejora tiene.
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