Wembley, ¿qué iba a saber yo hace dos años?

La entrada de Wembley con la 

imponente estatua de Bobby Moore.

Hace casi dos años tuve la gran oportunidad de asistir en Wembley a un encuentro amistoso entre Eslovenia e Inglaterra que acabó 2-1 favorable a los de Fabio Capello. No fue nada planeado; me encontraba trabajando en Londres y decidí salir a hacer turismo un Sábado por la mañana. Mientras viajaba en el metro, aún sin destino decidido, vi a una gran cantidad de gente con la camiseta de la selección inglesa, así que pregunté a qué hora era el partido y me encaminé a Wembley a buscar una entrada.

El estadio impresiona, primero, por la gran remodelación realizada recientemente que lo convierten en uno de los más modernos del planeta, incluyendo sus alrededores y accesos, también totalmente modernizados; y después, por la historia que tiene este estadio, la gran cantidad de partidos importantes que se han presenciado y de grandes leyendas del fútbol que han pisado su césped. Pagué mis 30 libras por una entrada y, cómo llegaba con tiempo, no quise perderme ni un detalle del lugar, así que dí una vuelta completa alrededor del estadio. Fotografié la estatua de Bobby Moore - gran capitán de la Inglaterra campeona del mundo en 1966 - en la entrada principal, que ha salido tantas veces en los medios de comunicación estos días. Luego ocupé mi asiento y espere a que el estadio se llenara. Puedo dar fe de que el ambiente que se vive en los estadios británicos es único; a pesar de ser un partido sin nada en juego, el público no para de cantar y animar, lo que da una dimensión aún mayor al espectáculo. 

El estadio, completamente remodelado

es ahora uno de los más modernos.

Cómo iba a imaginar yo que casi dos años después, ése iba a ser el foco de atención de todas las miradas del planeta futbolístico, el lugar dónde a cualquier aficionado le gustaría estar. Hoy, en Londres, se escribirá un nuevo capítulo en la historia del fútbol, y aunque no esté presenciando el partido en directo en el estadio, seguro muchas imágenes vendrán a mi cabeza, cómo han venido éstos días al verlas por televisión. Y entonces, dos años después, comprenderé plenamente qué significa haber tenido la suerte de poder estar en Wembley, uno de los estadios más emblemáticos de la historia del fútbol.