El rumbo del Atlético, cada vez más difuso

El anuncio de la marcha de Agüero 

ha sido una bomba para el 

Atlético de Madrid.

El Atlético de Madrid vive un momento de cambios, un fin de ciclo. Era algo que parecía cantado desde hace algunos meses, pero el anuncio de la decisión del "Kun" Agüero de abandonar el club le ha dado un tinte más radical al cambio de lo que la mayoría podía esperar. La decisión del argentino se une a la marcha del técnico Quique Flores y a las más que probables del uruguayo Diego Forlán y el guardameta De Gea, dos de sus jugadores más importantes, y al cambio en la dirección deportiva con el cese de García Pitarch tras cinco temporadas ocupando el cargo.

Ahora la pregunta es cuál es el rumbo del Atlético y a qué quiere aspirar este club. Hace ya muchos años que la política deportiva no parece la mejor, en mi opinión plagada de fichajes mediocres y casi siempre marcada por una gran cantidad de incorporaciones de coste medio-bajo, salvo excepciones. Curiosamente, los fichajes más costosos en los últimos años - Agüero y Forlán - son los que más y mejor rendimiento han dado al club. Y es que no es de recibo que el Atlético, con la historia, la afición y el presupuesto que tiene, fije sus miras continuamente en futbolistas baratos con la esperanza de que acaben siendo estrellas, invirtiendo 20 o 30 millones por año en jugadores que casi nunca llegan a nada. ¿Tan difícil sería que se invirtiera ese mismo dinero en traer uno o dos de primer nivel cada temporada que den un salto de calidad a la plantilla?.

Parece que De Gea se convertirá en

nuevo portero del Manchester United 

la próxima semana.

Da la impresión que con el paso de las temporadas la plantilla del Atlético se ha ido debilitando. Se han marchado jugadores de buen nivel, como Simao o Maxi Rodríguez, y sus puestos no han sido cubiertos por jugadores de un nivel al menos similar. Incluso algunas operaciones, como la de Jurado, han sido incomprensibles. El madrileño se marchó para "hacer caja", pero su sustituto, el brasileño Elías, costó casi el mismo dinero - dónde está el beneficio - y aún no ha dado muestras de haberse adaptado a la Liga Española. Eso son sólo algunos ejemplos del poco sentido común en la gestión del Atlético. Y por supuesto, con tanto movimiento, el club ya ha empezado a moverse para traer jugadores...pero todavía no tiene entrenador. O sea, como empezar a construir la casa por el tejado.

Está claro que sus accionistas principales, Gil Marín y Cerezo, cada vez gozan de menos crédito, y no es de extrañar. Me resulta increíble que un club como éste no haya podido construir un equipo que pelee por algo más que un cuarto puesto en quince años. Son demasiados, y a los atléticos se les agota la paciencia; con tanto movimiento este verano, si no sale bien, podría ser la gota que colme el vaso. Esperemos que tengan suerte y con la ayuda del nuevo director deportivo, Caminero, acierten con los fichajes, pero viendo el tino que han tenido en los últimos años, el futuro del Atlético se presenta muy, muy difuso.