El Scudetto cambia de mano

El Milán celebró título en el Olímpico

de Roma ocho años después.

Tras empatar ayer en Roma, el Milán consiguió el punto que le faltaba para proclamarse campeón matemáticamente ocho años después de su último Scudetto y de paso acabar con la hegemonía de su eterno rival, el Inter, que se había llevado el campeonato en las últimas cinco temporadas. No ha sido un año muy brillante para el fútbol italiano, dónde ninguno de los grandes ha demostrado estar a la altura de los mejores del continente, pero el equipo entrenado por Allegri ha sido el más regular del torneo, y se lo ha llevado con autoridad.

Con la Juventus en horas bajas, que tiene complicado entrar en Europa el año que viene, con el Inter con muchos problemas durante el año "post-Mourinho", dónde Rafa Benítez no ha conseguido triunfar y fue cesado muy pronto, el Nápoles se ha mostrado como el principal rival del Milán esta temporada, gracias sobre todo a los goles del uruguayo Edison Cavani.

Robinho e Ibrahimovic, dos de las

incorporaciones que han traído aire

fresco al Milán esta temporada.

El equipo "rossonero" ha sufrido este año un rejuvenecimiento relativo de su plantilla, algo que se le había criticado mucho a Berlusconi en las últimas temporadas; la incorporación de jugadores como Robinho, Boateng, Cassano o Ibrahimovic, que se unían a otros jugadores con futuro como Pato o el central Thiago Silva, unido a la experiencia de clásicos como Nesta o Seedorf, y la salida de jugadores en claro declive como Ronaldinho, han obrado el cambio. Con este triunfo el Milán suma su decimoctavo Scudetto, empatando de nuevo con el Inter como el segundo más laureado de Italia, aún lejos de los 27 triunfos de la Juventus. Ahora, comenzarán a escucharse nombres que sonaran como futuros refuerzos del equipo milanista para la próxima temporada, y también algunas bajas, y es que este equipo aún debe continuar con el proceso de rejuvenecimiento iniciado esta temporada si quiere volver a estar entre los mejores de Europa.