Último clásico y primer billete a Londres

Se acabó lo que se daba con el cuarto y último partido en apenas tres semanas entre los dos equipos más poderosos del momento. El Barça de Guardiola volverá a una final de la máxima competición continental dos años después tras empatar en el Camp Nou 1-1 y dejar al Real Madrid sin su anhelada décima Copa de Europa.

Pedro hizo el gol del Barça tras

un genial pase de Iniesta.

Mourinho puso en el campo toda la artillería introduciendo a Kaká - que una vez más me pareció que no estuvo a la altura - e Higuaín en el once, y dejando fuera a Ozil. El guión, más o menos el esperado; con el Barça teniendo la posesión y haciendo fútbol control y el Madrid tratando de presionar la salida de balón muy arriba, buscando el partido. Esa presión, aunque incomodó a los azulgrana en algunas fases del partido, no pareció ser suficiente para que la eliminatoria pareciera peligrar en el primer tiempo. Mientras, el Barça a lo suyo: con un juego de toque que una vez más volvió a ser demasiado horizontal - mezcla del cansancio y de la situación de la eliminatoria - acabó con un arreón a finales del primer tiempo en los que Casillas evitó que la brecha se abriera aún más, con varias paradas espectaculares.

La llegada del segundo tiempo trajo pocos cambios en el esquema del partido. Un gol anulado a Higuaín que volverá a reabrir la polémica precedió al genial pase que se inventó Iniesta - para mí el mejor del partido - para que Pedro acercara al Barça a Wembley. El Madrid, lejos de perder la cara a la eliminatoria, siguió intentándolo y pareció meterse de nuevo en ella cuando Xabi Alonso adelantó la presión para robar un balón en medio del rondo azulgrana para que Marcelo batiera a Valdes, tras el fallo inicial de Di María.

Poco más inquietaron los blancos a los azulgrana de ahí al final, que movieron y movieron el balón matando el partido y que contaron con la reaparición de Abidal para disfrutar de los últimos minutos, sin duda la mejor noticia del partido. Seguramente se volverá a hablar de la polémica y de qué hubiera pasado si el Madrid no hubiese acabado con uno menos el partido de ida o si el gol anulado hubiese subido al marcador. Es indudable de que ha habido errores arbitrales, pero más allá de esas cuestiones, ampliamente opinables, me dio la impresión de que el fútbol Barça sigue un escalón por encima de el del Madrid. Esa es la mejor tarjeta de presentación posible para un equipo que ya tiene su billete para la final, el 28 de mayo, en Londres.