Ahora que el Barça celebra un nuevo título de Liga, Guardiola y los suyos tienen un nuevo objetivo en el que centrarse a tan sólo dos semanas vista: la final de la Liga de Campeones. Enfrente estará un equipo muy competitivo, que no lo pondrá nada fácil, y aunque los azulgrana parten en principio con el rol de favoritos, me parece que el técnico de Santpedor tiene aún mucho trabajo que hacer si quiere llevarse el título.
Villa pierde efectividad cuando juega pegado a la banda, lejos del área. |
Yo no soy entrenador, pero sí observador, y he visto varios detalles en los últimos partidos que me han llamado la atención. En primer lugar, tal vez el más evidente, es el bajón físico. He visto a la plantilla cansada en el último mes, falta de chispa, con dificultades para desbordar y demasiada lentitud en el juego. En ese sentido, Pedro y Villa son dos jugadores fundamentales por su movilidad y no los veo al nivel de hace dos meses; el canario no parece haber recuperado la chispa que tenía de antes de la lesión y le cuesta más entrar por banda y tirar diagonales - aunque hizo el gol ante el Madrid con un gran desmarque -, el asturiano me parece que se ve perjudicado por la forma de jugar de los rivales, que con la llegada del final de temporada se juegan mucho más, acumulan más gente en el centro y casi no dejan espacio para entrar por ahí. Eso obliga a Guardiola a mover a Villa a una banda para intentar sorprender entrando en segunda línea y ahí pierde efectividad un jugador que es más de área. Salen más beneficiados de ese estilo llegadores como Iniesta, Xavi o Keita, pero no Villa.
Messi se ve obligado a bajar a recibir por lo que conduce más y está más lejos de zonas de remate. |
Como la circulación de balón es más lenta, el equipo rival tiene tiempo de acumular más gente por detrás del balón cuando no lo tiene, obligando al Barça a tocar 20 metros más atrás de lo que suele, dando menor sensación de peligro. Messi, para poder estar más en contacto con el balón, baja a recibir a medio campo, con lo que arranca desde mucho más atrás, pierde más balones y está menos en zonas de remate. Esto lo vimos varias veces en los últimos clásicos, en los que el argentino intentaba conducir el balón desde el medio campo hasta el área y se estrellaba una y otra vez contra la línea de tres que dispuso el Madrid. Sólo lo consiguió en el partido de ida, cuando Pepe ya no estaba sobre el césped.
Por otro lado, la aportación de los laterales en el juego de ataque es fundamental, porque crean superioridad en las bandas y dan amplitud al campo. Con las ausencias de Abidal, Adriano y Maxwell, las opciones ofensivas se han visto mermadas. La buena noticia es que parece que los tres estarán disponibles para la final, y el francés se perfila como titular, así que el equipo recuperará el equilibrio por los costados.
En mi opinión, para llevarse una nueva Champions a sus vitrinas, el Barça necesita una recuperación física y mental, recuperar la frescura, que le permita llevar su línea de presión y de toque unos metros más adelante. Enfrente tendrá un equipo muy fuerte técnica y físicamente, por lo que Guardiola necesitará la mejor versión de los suyos. Dos semanas tiene, aún le queda tiempo para conseguirlo.
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