Eramos pocos...y llegó Esperanza

Nada mejor que una época de dificultades para demostrar la incompetencia de los que se encargan de solucionarlos. Es el encanto de los políticos españoles; nunca hubo peor remedio para la enfermedad. Y eso que a mi no me gusta que paguen justos por pecadores, pero es que cada día tengo más dudas de que en este saco haya algún justo. El caso es que tal vez Esperanza Aguirre tenía cita el viernes para hacerse las mechas, o simplemente le fastidiaba pasar la tarde viendo un partido de fútbol - cosa que mi madre secundaría, absolutamente - y por eso dijo la chorrada que dijo, para ahorrarse el trago, imagino.

Lo cual suena a disparate, por un lado que en una final de Copa del Rey en la Comunidad de Madrid - sobre todo teniendo en cuenta la presencia de sus majestades - la presidenta no se encuentre presente, y por otro que se atreva a opinar de un tema que claramente parece no saber enfocar, no ya deportivamente, ni siquiera políticamente. Una arenga bravucona que pareciera más de barra de bar de la España profunda, mezclando dos conceptos que en mi opinión deberían ser como el agua y el aceite - deporte y política - que demasiadas veces se ha demostrado que lo único que acaba por conseguir es crear tensiones innecesarias y afear el espectáculo. Y los que salimos perjudicados somos todos esos a los que nos gusta el fútbol, entre los que no se encuentra precisamente Esperanza Aguirre, entiendo.

Hoy, seguramente volverán a pitar el himno (gracias por recordárnoslo, querida presidenta), y echo en falta una valoración algo más profunda tanto del presidente del Barça, Sandro Rosell, como del Athletic, Josu Urrutia. Limitarse a decir - en el caso del mandatario azulgrana - que "los catalanes tienen derecho a expresar lo que sientan", me parece que no arregla nada, ni ayuda a rebajar la tensión, ni pone ningún civismo al asunto. Que tienen derecho a expresarse es de perogrullo: me parece perfecto y muy respetable que uno se sienta de Cataluña, de Alfarnate o de Melón de Arriba...pero eso no te da licencia para faltar el respeto a los que piensen diferente. Ya sea porque se sientan de otro país, ya sea porque honren a otro himno.