El Manchester City puso fin a 44 años de sequía liguera y lo hizo de la peor manera posible, con un final increíble, de los más dramáticos y emocionantes que recuerdo. El United hacía su trabajo con un gol de Rooney al Sunderland, mientras el City, obligado a ganar, se veía sorprendido en su estadio por el Queen's Park Rangers; 1-2, y dos goles lo separaban del título en el minuto 90. La tragedia, en los planos del graderío del rebautizado Etihad. Pero desde este momento hasta el 94, la delgada línea que separa el éxito del fracaso. Un minuto después, Dzeko dio esperanzas con el empate, y dos más tarde, una jugada embarullada entre Agüero y Balotelli, acabó con un balón suelto en el área que el argentino se encargó de resolver. ¡Agüerooooooo! Gritaba el público mientras se desataba la locura. Increíble final, y el City campeón.
El título que ahora celebran se ha cimentado en varios nombres propios. El primero, el de Joe Hart, que se ha convertido por méritos propios en el mejor portero de la Premier. La progresión de éste guardameta ha sido realmente espectacular y ya no hay nadie que discuta que será el portero de Inglaterra para la Eurocopa. El segundo levanta el título mientras lo escribo, Vincent Kompany, capitán de la nave que ha liderado al equipo desde la defensa con su garra y su tremendo carácter. El tercero es el de Touré Yayá, que salió del Barça demandando más protagonismo, y se ha convertido en fundamental por su capacidad para distribuir en el medio campo y su gran llegada, con algunos goles clave. También el de Silva, que si bien es cierto que ha ido algo de más a menos en la temporada, su capacidad para inventar y su visión de juego han sido claves para un equipo que no anda sobrado de fantasía. Y arriba, el nombre indiscutible, el gran fichaje, y el actor principal de ésta obra: Sergio Agüero. Su salida del Atlético se produjo para ganar más títulos y optar a metas más altas, y en su primera temporada en Inglaterra ha conseguido su objetivo con creces.
Mientras los jugadores celebran el título, mi reflexión es que ésta victoria me parece buena para el fútbol. Sirve para confirmar que una liga tan competitiva como la Premiership está abierta, aunque ésta temporada haya sido cosa de dos. Es el tercer campeón en los últimos tres años, lo que significa que la temporada que viene volverá a arrancar sin guión claramente preestablecido. Aunque difícilmente veamos uno como éste, histórico por romper una sequía de tantos años, y por cómo se produjo. Lo cierto es que la trayectoria de éste equipo, e incluso de éste club, ha sido difícil desde el primer día. Comenzó hace cuatro años cuando un grupo inversor árabe se hizo con su propiedad, y ha ido creciendo poco a poco desde entonces, cada vez mirando cotas más altas. Ésta temporada, tras un comienzo espectacular, un bajón vio como el martillo pilón que es el United le cobraba una ventaja de ocho puntos a falta de un mes de competición. Casi definitiva. Pero un tramo final de infarto, con tropiezos de los reds incluidos, hicieron posible la remontada, culminada hace dos semanas con la victoria sobre sus vecinos. Hoy, Supersunday para cerrar la campaña que ha hecho honor a ese sobrenombre. Se adelantaba el City con un gol de Zabaleta que parecía acercar el título, pero dos errores de concentración en defensa - qué importante es mantener la cabeza fría en momentos así - le pusieron el título sólo al alcance de un milagro. Y se produjo. ¡Viva el fútbol!.
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