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miércoles, 31 de agosto de 2011

Arsenal y Wenger, una relación singular

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No corren buenos tiempos para el Arsenal y Arsène Wenger. Son ya seis años los que el club londinense lleva sin ganar un título, y eso pesa mucho sobre la afición "gunner". Ya sea por razones económicas o deportivas, lo cierto es que muchos jugadores importantes han abandonado el club en los últimos años - los últimos, Nasri y Cesc Fábregas, un jugador muy querido - y para colmo, el Arsenal cayó estrepitosamente goleado por el Manchester United por 8-2 el pasado fin de semana, un resultado histórico. Todo eso ha hecho cuestionarse al entorno y a la prensa británica si ha llegado la hora de Wenger como mánager del club.

Arsene Wenger vive sus momentos
más difíciles en el Arsenal desde que
llegó en 1998.

Personalmente, el modelo deportivo ideado por el francés me parece admirable. Sin el potencial económico de Chelsea o United, desde su llegada en 1998, Wenger transformó al Arsenal, tradicionalmente un equipo muy británico, y lo convirtió en un equipo moderno, con un fútbol muy atractivo, y formando o fichando jugadores jóvenes en crecimiento, combinado con veteranos con experiencia. Además, abrió la escuela de jóvenes talentos al panorama internacional, convirtiéndola en una de las más prolíficas del continente. Ése modelo le valió para ser durante varios años el mejor club de Inglaterra, encadenando una racha impresionante de 49 partidos sin conocer la derrota en la Premier entre 2003 y 2004, y jugando una final de Champions en 2006. Lanzó al estrellato a jugadores no tan conocidos hasta ese momento, como Henry, Vieira, Pirés, Ljungberg, Gilberto Silva, Ashley Cole o Kolo Touré, y más recientemente, AdebayorVan Persie, Nasri o Cesc Fábregas, agrandó la trayectoria de algunos como Bergkamp, e hizo negocio con muchos otros, como Petit u Overmars.

En los últimos años, Wenger ha seguido fiel a éste modelo, pero lo cierto es que sus equipos no han terminado de cuajar. En algunos casos, los fichajes no han sido de la calidad de los de la primera época, o en otros han salido demasiado pronto del club, pero el caso es que la sensación que viene dando el Arsenal en los últimos tiempos es el de un equipo muy joven, con futbolistas de calidad que hacen buen fútbol, pero a los que les falta aún un escalón de madurez para estar a la altura de los mejores. Y claro, el fútbol es por naturaleza impaciente - algo menos en Inglaterra, pero aún así, seis años son muchos - y la gente empieza a cansarse ya de esperar.

Sin embargo, a mi me parece que el modelo de Wenger es el que asegura el futuro del Arsenal, y por eso se ha tenido la paciencia que no han dado los éxitos deportivos. Sin el tirón ecónomico de los grandes del fútbol inglés y europeo, el club se ha visto además atado financieramente en los últimos años por la construcción del Emirates Stadium, uno de los estadios más modernos de Europa, cuyo coste ascendió a unos 390 millones de libras - unos 581 millones de euros. Así, se ha visto obligado a hacer caja vendiendo a jugadores importantes, y sin embargo se ha seguido manteniendo competitivo. Éste año, Wenger tiene tal vez el reto más difícil, ya que debe encontrar sustitutos para dos de sus mejores jugadores, pero el técnico francés está ya curtido en éstas batallas; al final, el fútbol es cíclico y los clubes grandes siempre vuelven a la senda del triunfo, siempre y cuando llegado ése momento, el club siga teniéndo la infraestructura de un grande. Y eso es lo que justamente Wenger asegura para el Arsenal con su modelo deportivo.

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