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jueves, 17 de noviembre de 2011

Roberto Baggio, il Divino

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Roberto Baggio (Vicenza, 1967), coleta al viento y 10 a la espalda, está considerado uno de los mejores futbolistas italianos de todos los tiempos. Apodado "il Divino", Baggio se formó en el equipo de su ciudad natal, el Vicenza, donde comenzó a despuntar en Serie C. Rápidamente, un grande cómo la Fiorentina se fijó en el joven jugador, pero una rotura de ligamentos en la rodilla hicieron peligrar su carrera y su traspaso al club toscano. Baggio contaba con tan sólo dieciocho años.

Sin embargo, la Fiorentina confió en él y, tras año y medio, al fin pudo debutar en el Artemio Franchi a finales de 1986. Allí, el joven jugador se convirtió en un auténtico fenómeno; sus casi cuarenta goles en tres campañas lo convirtieron en la perla más codiciada del momento. Baggio era un futbolista elegante, imaginativo, habilidoso, con una excelente conducción de balón y un buen disparo desde media distancia. Solía jugar por detrás del punta y hacía mucho daño entrando desde la segunda línea por su velocidad y regate. Tras deslumbrar en Florencia, la Juventus se hizo con sus servicios en 1990, pagando unos 25 mil millones de liras (unos 12 millones de Euros) por él, el traspaso más caro hasta la fecha.

En Turín, Roberto Baggio jugó cinco temporadas a gran nivel, en las que ganó un Scudetto, una Copa de Italia y una Copa de la UEFA, siendo además premiado con el Balón de Oro y el FIFA World Player en 1993, y el Balón de Plata un año más tarde. Se consagró a nivel internacional en el Mundial de EEUU en 1994, en el que el genial futbolista condujo a Italia a la final del campeonato con cuatro goles en las últimas cuatro rondas del torneo y que sólo la tanda de penalties apartó de la victoria. Allí viviría uno de los momentos más duros de su carrera, al mandar a las nubes el penalty decisivo que dejaba en bandeja el título a Brasil. Un año después, a pesar de las protestas de los aficionados juventinos, Marcelo Lippi decide apostar por otro joven jugador que comenzaba a despuntar, Alessandro Del Piero, y traspasa a Baggio al Milán. Con Fabio Capello en el banquillo, suma su segundo Scudetto consecutivo, pero no alcanza el nivel de protagonismo esperado y en 1997 se marcha a Bolonia, dónde firma una temporada espectacular con 22 goles en 30 partidos. Así, es traspasado al Inter, pero allí choca de nuevo con Marcelo Lippi y decide acabar su carrera en el Brescia, tras más de trescientos goles en casi setecientos partidos oficiales, lo que lo convierten en uno de los máximos goleadores de la historia del fútbol italiano.

Tras su retirada en 2004, Roberto Baggio se dedica a tareas humanitarias - es embajador de la FAO - con campañas cómo "el deporte contra el hambre" y hace años que se declara convertido al budismo. Fue un futbolista diferente, querido dentro y fuera de los terrenos de juego, que aportó un soplo de aire fresco a un fútbol italiano cada vez más táctico, y que con su juego técnico y alegre se rebelaba ante el catenaccio.



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1 comentario:

  1. El gol número dos de la lista, una sutileza al alcance de unos pocos elegidos.

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