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jueves, 17 de noviembre de 2011

Menottista o Bilardista (I): El "Gatorei" de Bilardo

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¿Menottista o Bilardista? La pregunta clásica del fútbol argentino, los dos entrenadores que encumbraron a la albiceleste a la cima del mundo, y que son las dos caras de la misma moneda. Ambos hombres de fútbol, pero con estilos y métodos totalmente diferentes, tan admirados como odiados; el nombre de Carlos Bilardo (Buenos Aires, 1939), siempre irá irremediablemente acompañado de la polémica. Muchas son las anécdotas del "Doctor" en sus cuarenta años en los banquillos. En su haber, un planteamiento novedoso en el fútbol a mediados de los ochenta, con un equipo que jugaba con tres centrales para dar más libertad a los dos carrileros, y dotar de protección a su majestad Diego Armando Maradona. Con Bilardo, Argentina se convirtió en un bloque compacto y competitivo, que jugaba al ritmo del "10". Así sumó el segundo cetro Mundial para la albiceleste en 1986, se convirtió en un ídolo en su país, y las comparaciones con Menotti - que había ganado el primero, ocho años antes - llegaron...

Pero Bilardo es además otras cosas. Resultadista a toda costa, sus métodos siempre han estado bajo sospecha, y el "Doctor" nunca lo ha desmentido, más bien muestra una sonrisa cómplice. El problema es que el "Narigón" - el otro apodo por el que se le conoce cariñosamente en Argentina - cae bien...si eres Bilardista. Sus historias en los banquillos incluyen episodios como el de aquél extraño líquido que le dio a beber a Branco, lateral izquierdo de Brasil, en un Argentina-Brasil en Italia '90, y que, años después, jugadores argentinos reconocieron que contenía somníferos. El propio futbolista brasileño sigue afirmando que se sintió atontado y Bilardo nunca le negó que había algo en aquella bebida. Algunos también recordarán la famosa frase de "písalo, písalo", cuando en un Deportivo-Sevilla en 1993, mientras entrenaba al equipo andaluz, el jugador del Deportivo, Albistegui, sangraba por la nariz y el médico del Sevilla corrió a socorrerlo. Las imágenes de Bilardo indignado gritando al médico "los nuestros son los de colorado" para que no atendiera al jugador deportivista quedaron para la historia, e ilustran aquello de que "en la cancha, todo vale".

Y una de sus últimas locuras, en 2004, cuando su equipo, Estudiantes, jugaba en El Monumental ante River Plate. Bilardo, acusado por la prensa de que sus equipos no hacían buen juego en el campo, descorchó una botella de champán para "mejorar el espectáculo". La prensa lo acusó rápidamente de que en Argentina está prohibido consumir alcohol en espectáculos deportivos, y él se apresuró a afirmar de que en aquella botella no había champán, sino "Gatorei", a pesar de lo cual fue sancionado. Por supuesto, ni él mismo se lo creyó...ni siquiera los Bilardistas.



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