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Tras ganar al Udinese, el Atlético cayó ante un Getafe que jugó una hora con un jugador menos. |
Ya me he cansado de repetir que hace tiempo que casi nada de lo que ocurre en el Atlético está a la altura de la historia del club. Por la razón que sea, a menudo su juego está por debajo de lo que dice su plantilla, porque muchos de sus jugadores rinden por debajo del nivel que tienen. Curiosamente, son sus delanteros casi lo único que suele rendir bien: Falcao, Agüero, Forlán, Torres, Salva, Hasselbaink, Vieri...y podría seguir. Una lista larga de nueves, todos con muy buenos números, y eso les ha salvado más de una vez la temporada. Pero falla lo demás, empezando por los cimientos. No hay jerarquía en el campo, no hay personalidad, falta un líder desde hace mucho tiempo. Caminero dejó entrever ayer lunes que hay un problema de actitud por parte de algunos, y no es la primera vez en los últimos años que se insinúa algo así. Está claro que o bien el club no acierta en el perfil del futbolista que busca, o bien no sabe transmitir los valores que suponen vestir la camiseta del Atlético de Madrid. Al hilo de esto, tampoco hay una filosofía clara ni un objetivo a largo plazo; el club se mueve más bien en el día a día, atento a cualquier operación que pueda dejar dinero aún a costa del rendimiento deportivo.
Y todo esto es lo que Caminero ha venido a cambiar, con la ayuda de Manzano, pero la cosa está difícil porque el problema viene de más arriba. Tal vez hagan algunos partidos buenos, o tengan un arreón final, o Falcao meta veinte goles, o ganen la Copa, o la Europa League...y los de arriba venderán que todo va bien. Pero la realidad, el día a día, es bien distinto y son muchas las cosas que deberían cambiar para que el Atlético esté a la altura. Y para colmo, en dos semanas, visita al Bernabéu. ¿Volverá el niño a preguntar: Papá por qué somos del Atleti?.
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