César Muñiz Fernández (goal.com) |
Son muchos los rumores que uno escucha en las redacciones de periódicos sobre la verdad o la realidad del villarato y sucedáneos. Evidentemente, no voy a analizar el manido villarato ya que tras la derrota del Barça en el Camp Nou creo que es evidente que nadie (hasta que no se demuestre lo contrario) mueve los hilos de unos árbitros que con arbitrar (bien o mal) ya tienen suficiente. De lo que si hablaré es de los sucedáneos.
Tras el partido contra la Real Sociedad y el de Pamplona contra Osasuna, me llega a mi cabeza una duda… ¿existirá el 'otro' villararo? ese que va más allá del Madrid y el Barça; ¿querrá alguien que equipos como Osasuna, Málaga o Levante no lleguen a lograr puestos europeos por aquello de la tradición de otros como Atlético de Madrid o Sevilla? Y lo más importante… ¿será más fácil manejar a los árbitros para lograr un maquiavélico y retorcido plan para lograr que estos equipos hasta ahora ‘pequeños’ no lleguen al sueño europeo?.
Mi primera reacción siempre es la misa… imposible. Los árbitros en mi opinión son malos por naturaleza y sólo la dedicación y la experiencia los hacen buenos o... menos malos. Es comprensible ya que son humanos, poco deportistas y... no creo que se revisen la vista más allá de una vez al año… vamos… son como cualquier hijo de vecino.
Tras el partido contra la Real Sociedad y el de Pamplona contra Osasuna, me llega a mi cabeza una duda… ¿existirá el 'otro' villararo? ese que va más allá del Madrid y el Barça; ¿querrá alguien que equipos como Osasuna, Málaga o Levante no lleguen a lograr puestos europeos por aquello de la tradición de otros como Atlético de Madrid o Sevilla? Y lo más importante… ¿será más fácil manejar a los árbitros para lograr un maquiavélico y retorcido plan para lograr que estos equipos hasta ahora ‘pequeños’ no lleguen al sueño europeo?.
Mi primera reacción siempre es la misa… imposible. Los árbitros en mi opinión son malos por naturaleza y sólo la dedicación y la experiencia los hacen buenos o... menos malos. Es comprensible ya que son humanos, poco deportistas y... no creo que se revisen la vista más allá de una vez al año… vamos… son como cualquier hijo de vecino.
El caso es que hoy… en un lugar de Madrid… donde cualquier comentario sobre el Málaga no levanta más que una sonrisa capciosa… sin ningún tipo de malicia (seguramente por desconocimiento de la historia y señorío de este reciente, pero histórico club) al alertar sobre los errores arbitrales que está sufriendo el equipo blanquiazul últimamente, todos coincidían en que era cosa de arriba (no de Dios, sino de Villar y sus secuaces). Algo que me resisto a creer pero que parece muy difundido por aficiones como la blanca (o la blaugrana) tan críticas con el dichoso e infundado villarato.
Pero... ¿se habrán parado a pensar a quién perjudican realmente los árbitros? El villarato, de existir para uno u otro bando, sería, en todo caso, perjudicial para los pequeños. Partidos como el Valencia – Málaga de la campaña anterior o el Málaga – Real Sociedad de esta, entre otros muchos y de muchos equipos, podrían ser la evidencia de esta enfermedad llamada por algunos villarato y por otros, simplemente, el poder del dinero.
Lo que está claro, y me sigo agarrando a ello, es que cada uno ve el vaso medio lleno o medio vacío según le interese. Todos hablan de cómo perjudica un error al Madrid o al Barça, pero nadie de qué consecuencias tiene en el equipo que de verdad se está jugando su existencia, su prestigio… su futuro.
Los que somos de otros lugares de España (los que siempre hemos visto a Madrid y Barça por la tele pero que leemos los mismos periódicos rebosantes de información sobre estos dos grandes y en los que la gesta diaria de los pequeños y de los que desde abajo tratan de ser grandes se materializa en una pequeña reseña a pie de página) tenemos otra perspectiva de las cosas.
Esa en la que aún vemos un fútbol no globalizado, un fútbol plural el del infierno de Pamplona, el de los sufridos y sufrimientos del Atleti, el de los leones y la catedral... ese que necesita de todos y no sólo depende de dos. Es fútbol, con errores (lógicos) de unos árbitros humanos que evidentemente salen más presionados en un Bernabeu que una Rosaleda, o en un Camp Nou que un Sardinero. Ese fútbol en el que los árbitros, repito humanos, que seguramente se dejan llevar (sin ser conscientes de ello) por lo que la sociedad futbolística demanda, por lo que ven en los periódicos y medios 'capitalinos' punteros, obsesionados en centralizar el fútbol en dos equipos.
Sí, ya sé… echar la culpa a la prensa... que atrevido y demagogo… tristemente, como cuando vamos a votar, las cosas parecen ya decididas y se considera locos a los que creen que otro mundo es posible y es por eso que pocos entenderán mi punto de vista pero sigo pensando que la visión del fútbol que tiene este país es la que nos hace crear esos fantasmas del villarato que no dejan percibir la realidad tal y como es…los árbitros nacen malos, no se hacen.
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