Partían a priori como favoritos Real Madrid y Barça en las semifinales de Champions ante Bayern y Chelsea, y la realidad les ha enseñado que el máximo trofeo continental no entiende de favoritismos ni de historias, y menos a éstas alturas de la feria. Les tocará remontar en casa si quieren poder editar lo que sería la primera edición del combate de los combates, el partido de fútbol más grande, en el escenario más grande posible. Ambos cayeron por la mínima, pero de manera diferente, con diferentes resultados y conclusiones también distintas.
El Real Madrid se trajo del Alianz Arena un 2-1 que probablemente parezca mejor una vez pase el impacto mediático que siempre supone una caída del coloso blanco. Lo cierto es que el partido fue irregular, con un dominio alterno hasta los veinte minutos finales, cuando el Bayern, sabiendo que con el empate logrado por Özil - que había igualado el tanto de Ribery - no le salían las cuentas, se lanzó arriba. Sin hacer nada espectacular, dispuso de algunas ocasiones hasta que Mario Gómez desequilibró la balanza justo antes del minuto 90. Éste arreón final del Bayern, que pusieron en apuros al equipo de Mourinho, unido a un partido que dista de su mejor nivel, dejaron mal cuerpo, si, pero también con la impresión de que un Madrid a buen nivel está capacitado para vencer al Bayern y remontar un resultado que, por otro lado, es más que remontable. La sensación general que volvió a dejarme el Madrid es que se queda demasiado en tierra de nadie en éste tipo de partidos, cuando no tiene claro si atacar o defender, y acaba por no hacer del todo ni una cosa ni otra. Si su mejor juego de la temporada ha sido con planteamientos más ofensivos y más hombres de tres cuartos hacia arriba, ¿por qué no también en partidos importantes?. Al hilo de esto viene la ausencia de Marcelo, con la que corro el riesgo de repetirme demasiado, pero que sigo sin entender. Tal vez alguno pensará que no es el mejor día para defenderle por la entrada que hizo, pero voy a ceñirme estrictamente al fútbol, al juego. Por todo el desequilibrio que aporta, y porque Coentrao sigue sin sostener del todo con su rendimiento la teoría de aquellos que defienden - Mourinho incluído - que el portugués es mejor defensor que el brasileño; mantiene más la posición, si, que no es necesariamente defender mejor, ni aportar lo que tu equipo necesita para vivir más tranquilo defensivamente.
Por otro lado, el Barça se trajo de Londres un resultado aún peor al caer ante el Chelsea con un solitario gol de Drogba, y sin embargo, las sensaciones me parecieron mejores. Guión esperado: Chelsea muy atrás esperando la contra, y Barça monopolizando la posesión de balón. Demasiadas ocasiones desperdiciadas por el Barça y eso es, tal vez, lo poco que se le pudo reprochar al equipo de Guardiola en el partido, pero un reproche demasiado grande. A estas alturas, el que perdona lo paga, que aunque suena a topicazo, se cumplió a la perfección. La conclusión es que el Chelsea tiene un resultado magnífico y el Barça uno complicado, pero también que, si se repite guión en la vuelta, difícilmente se repita final de película. O sería demasiado caprichoso, demasiada casualidad. Como conclusión más profunda, decir que el Barça anda con menos pegada en partidos cerrados que en otras temporadas. Porque Villa está lesionado, porque Alexis no es tan nueve, y porque Pedro sigue sin encontrar el acierto de cara a gol de otros años. Y la responsabilidad cae demasiado sobre Messi. Es algo que se ha visto en algunos partidos que no ha ganado - Sevilla, Getafe, Villarreal, Espanyol... - y también en otros que ha acabado sacando adelante, como en San Siro o en la eliminatoria de Copa ante el Valencia.
Dentro de siete días, viviremos el desenlace de unas eliminatorias que los nuestros deben remontar. Ambos lo tendrán complicado; el Madrid tiene un resultado más remontable, pero deberá exponer mucho más, y tendrá enfrente un equipo que a mi juicio tiene más recursos que el rival azulgrana. El Barça tiene un resultado peligroso, deberá jugar sin precipitación porque un sólo gol iguala la eliminatoria, y haciendo su fútbol. Si es capaz de crear tantas ocasiones como en Stamford Bridge, lo lógico es que pase la eliminatoria.
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