Cristiano Ronaldo anotó tres goles que acercan un poco más la Liga para el Real Madrid. |
Llegaba el Madrid al Calderón en un ambiente de tensión y negatividad que a mi parecer resultaban algo desmedidos antes del partido. Con el Barça apretando y el equipo blanco dejándose algunos puntos en el camino en las últimas semanas, si, pero con una renta de cuatro puntos que aún le permite un margen de error, además de servirle dos de los tres resultados posibles en el Camp Nou, que a éstas alturas es botín importante. Y el partido se encargó de confirmar mis sospechas; en los primeros minutos se vieron algunas de las luces y sombras que han mostrado éstos equipos en los últimos partidos: un Madrid enchufado pero demasiado ansioso, acelerado, impreciso, y un Atlético peleón que comenzó atrás para salir a la contra con peligro, pero al que le faltaba precisión en los últimos metros.
Dio entrada Mourinho a un irregular Coentrao - alternó buenas acciones con algunos errores - en banda izquierda por el tocado Marcelo, y sorprendió dejando fuera del once a Özil, para dar entrada a un Kaká bastante desaparecido, que vino a confirmar que carece de la capacidad del alemán para manejar el equipo. Planteó el habitual falso 4-2-3-1 con la vuelta de Di María como titular por derecha, Cristiano Ronaldo partiendo desde la banda para encontrar posiciones de remate en el área, por detrás de un Benzema que ayer apenas intervino. Enfrente, el Atlético planteó un partido muy Cholo: intensidad, lineas bien juntas y salida a la contra. Con el paso de los minutos el equipo rojiblanco se fue estirando e inclinó ligeramente la balanza a su favor en cuanto a presencia en campo contrario, con un buen Diego poniendo la pausa, la movilidad de Adrián y el peligro de Falcao arriba...hasta que apareció Cristiano Ronaldo. Cuchillo en mano, el portugués vino a asomarse a la ducha del Atlético, que asisitió cómo le asestaban el primer tajo; un asesino de tantos recursos para el remate (con izquierda, con derecha, de falta, en carrera, de cabeza...) que no es de extrañar los números que lleva. Aunque, ésta vez, Courtois le echó una mano - o tal vez habría que decir que no se la echó - a un balón que se coló por su palo en una falta centrada y muy lejana. El Madrid, sin ser claramente superior en el juego, otra vez por delante y el Atlético, horrorizado ante la escena, ¿les suena de algo la película?.
Pero si algo ha ganado éste Atlético de Simeone es carácter, eso no se le puede negar. Se las ingenió para mantenerse en terreno resbaladizo y consiguió un empate por medio de Falcao que hacía justicia a lo visto hasta ese momento. Sin embargo, el gol pareció ser el último resuello que quedaba en los pulmones de los futbolistas atléticos, que a raíz del empate vieron cómo el Madrid se adueñaba del balón e inclinaba el campo, comenzando un asedio que resolvió con un zapatazo de nuevo de Cristiano que pilló mal colocado a Courtois - no fue su noche - y engrandeció la figura del siete blanco, que culminó su actuación al transformar un penalty absurdo de Godín sobre Higuaín, y dar a Callejón la asistencia para el cuarto tanto. Un resultado que, si bien fue tal vez algo excesivo viendo el desarrollo del juego, vienen a dejar claro que la diferencia entre ambos equipos es a día de hoy abismal, y sirve al equipo blanco para tomar un impulso importante en su camino hacia el título de Liga.
Algunas claves del partido...
1 El Atlético planteó un partido con intensidad. El Atlético saltó bien plantado e hizo un buen partido mientras duró la gasolina. Supo juntar las líneas y salir bien a la contra hasta que empató el partido.
2 Cristiano Ronaldo echa abajo los planes atléticos. El portugués apareció justo cuando su equipo más lo necesitaba, y se encargó de echar por tierra el buen partido del Atlético hasta ese momento.
3 Demasiados golpes para un equipo sin confianza ante el máximo rival. El Madrid le tiene la moral comida al Atlético, que tiende a hundirse ante las adversidades contra su máximo rival. A partir del empate y sobre todo tras el segundo tanto, el equipo rojiblanco se vino abajo considerablemente y el Madrid no perdonó.
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