Mourinho sigue sin encontrar el antídoto anti-Barça

El Barça se llevó el encuentro de 

ida de los Cuartos de Copa del Rey

por 1-2 en el Bernabéu.

Llegó un nuevo clásico, visitó el Barça de nuevo el Bernabéu, Mourinho cambió una vez más el planteamiento y el once, pero el resultado volvió a ser el mismo. Un 1-2 que da la ventaja al Barça para el partido de vuelta dentro de siete días en el Camp Nou. Mourinho jugó al gato y el ratón con el once y sorprendió, tal vez más que nunca; empecinado en que al Barça hay que jugarle con tres en el medio, ante la baja de Khedira se vio obligado a adelantar a Pepe al centro del campo y situar a Carvalho - que llevaba casi cuatro meses sin jugar - en el centro de la zaga. Con un medio campo tan destructor, con Özil en el banco y Cristiano, Benzemá e Higuaín en punta, parecía cantado que el Madrid jugaría a esperar atrás y salir a la contra.

Y así fue. La línea de presión se fue casi al centro del campo y dejaba que el Barça tocara atrás con cierta comodidad. Lo que parecía que podía funcionar en los primeros minutos - el Madrid se adelantó con gol de Cristiano Ronaldo con la colaboración de Pinto - fue diluyéndose con el avance del partido, a medida que los azulgrana iban encontrando su sitio. Con semejante esquema, el interés estaba en saber como engancharía el Madrid con los tres de arriba, y la conclusión es que cuando lo hizo llevó peligro, pero lógicamente lo hizo poco. Ceder tanta posesión al Barça es dejarle la victoria en bandeja de plata. El Madrid podía tirar una contra y ganar por pegada, como de hecho hizo durante muchos minutos, pero parecía algo más circunstancial que una consecuencia del juego. Y eso, el Bernabéu lo acepta si hay victoria de por medio, si no, cuesta mucho de digerir.

El equipo de Guardiola fue entrando en el partido lentamente, como casi siempre le ocurre ante el Madrid; con tanta acumulación de hombres en el centro, ésta vez fue Iniesta el director principal de la orquesta, allá en su posición de extremo izquierdo. El manchego dio una lección de elegancia, dominio del balón y controles imposibles - desde Zidane no había visto un jugador con ese nivel técnico, y eso son palabras mayores. Con un Messi menos participativo que otros días - hay que exigirle más, a pesar del pase del segundo tanto - el protagonismo del gol fue para Puyol y Abidal. Curiosamente, tanto se había obsesionado Mourinho por defender a Messi o a Xavi y fueron dos defensas los que echaron por tierra el planteamiento. Con el resultado a favor, el Barça se dedicó a controlar y el Madrid acabó desquiciado. En parte es comprensible porque la presión por la racha ante el eterno rival ya empieza a pesar mucho sobre los jugadores. Aunque mención aparte merece Pepe. Lo de ayer fue un disparate del juego sucio, de la agresividad mal entendida que acaba en violencia, una mancha demasiado grande como para ser aceptada por un club como el Real Madrid. Y viene de largo. En mi opinión, el club debería tomar cartas en un asunto que va un poco más allá de lo estrictamente deportivo y daña seriamente la imagen de la entidad.

Mourinho sigue sin encontrar la
fórmula para anular al Barça.

Aunque cuesta arriba, la eliminatoria sigue abierta para el partido de vuelta dentro de siete días en Barcelona, porque el Madrid está capacitado para ganar en cualquier sitio. Imagino que Mourinho no tendrá más remedio que ir a buscar el partido más abiertamente. Estará obligado a darle una nueva vuelta de tuerca a su fórmula anti-Barça; tal vez sea una buena ocasión para empezar a pensar en unas menos "anti", en una que proponga algo más para ganar el partido.

Algunas claves del partido...

1 El planteamiento a la contra de Mourinho. Con un medio campo destructivo y sus tres puntas, Mourinho buscaba esta vez esperar y salir a la contra. Así llegó el primero gol. 

2 La posición de Iniesta en banda. Ante la acumulación de hombres en el centro, Iniesta fue la luz que guió el juego de creación azulgrana desde la posición de extremo. Excelente lección técnica en el partido, verle ya merece pagar una entrada.

3 El fútbol control desquició al Madrid. Cuando se vio con el marcador a favor, el Barça tocó y el Madrid persiguió sombras con muy malas pulgas. Acabar con once fue todo un milagro.

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