Hoy da comienzo una nueva temporada de la Liga. Con algunos ingredientes de siempre, como esos horarios de discoteca que ya ni siquiera son noticia, un buen número nuevos, y también bastantes que ya no están. Porque sin duda, el protagonista del verano ha sido la desbandada general, que ha dejado nuestra Liga muy lejos de lo que solía.
M
"Mientras se devanan los sesos para conformar plantillas, los dos con dinero se entretienen en traer lo que no necesitan".
uchas ausencias, es lo primero que se observa en la primera foto del curso. Se marchó
Mourinho a Inglaterra, cansada la gente de inflar un ego que se mide en toneladas; a cambio, llegó un entrenador que sin los aspavientos del portugués no tiene que envidiar en lo que a títulos se refiere,
Ancelotti. También tuvo que dejarlo
Tito Vilanova por enfermedad, abriendo la etapa del
Tata Martino. El
Barça se encontró un verano plagado de piedras, y
Rosell tropezó con casi todas ellas...no supo atajar a tiempo el caso
Thiago, que acabó volando al
Bayern con su mentor
Guardiola, dejó un mal sabor de boca con el tema
Abidal, le puso un lacito a
Villa para regalárselo al Atlético...

Un
Atético que por cierto, no ha podido invertir los 50 kilos que dejó en las arcas
Radamel Falcao. Tendencia del verano. Como el
Valencia, que ha tenido que traspasar a
Soldado, o el
Sevilla, que este año peleará sin
Navas,
Negredo o
Medel, entre otros, el
Celta sin
Aspas, o el
Málaga sin
Toulalán,
Joaquín ni
Baptista. Todos volaron fuera de nuestra Liga. Y el
Deportivo, rozando la desaparición, o el baile de equipos que no sabían si jugarían en Segunda o en Segunda B. Es el resultado de años de despilfarro. Y mientras el resto se ha tenido que devanar los sesos para conformar plantillas, los dos únicos con dinero - mucho - se han entretenido en traer lo que no necesitaban. Llegó
Neymar al
Barça sin saberse lo que costó, para engordar una nómina de delanteros que sigue sin nueve, y que cada vez tiene más pinta de que acabará otra vez sin central. Increíble. Por su parte, el
Madrid hizo caja con
Higuaín,
Albiol o
Callejón, y
para no ser menos, gastó un pastón en
Illarramendi e
Isco y acumula una lista de centrocampistas que hará que irremediablemente unos pocos tengan que
chupar banquillo del bueno. Y eso que falta la guinda del pastel, un
baratísimo Bale que llegará a redondear un equipo "falto" de velocidad, de potencia, de pegada....en fin. El dinero por castigo, que se dice.
Por suerte esto del fútbol tiene un
nosequé que hace que nos ilusionemos con cualquier cosa. La
Real abordará de nuevo el reto de la Champions una década después con cambio de entrenador pero una apuesta continuista. Al Valencia llega
Djukic tras su buen paso por el Valladolid, dispuesto a reinventar un equipo que con su deuda astronómica ha tenido que volver a dejar salir. Igual que el
Rayo, que se ha desprendido de jugadores importantes y seguirá agarrado a
Paco Jémez; u
Osasuna, que una vez más parece que tendrá que seguir sufriendo. Luego están el
Celta de
Luis Enrique, el
Levante de
Caparrós o el
Málaga de
Schuster; proyectos de juventud y poco dinero, incógnitas e ilusión casi a partes iguales. O el renovado
Athletic, ya sin
Bielsa ni
Llorente, pero con
Valverde y
Beñat. Más los buenos equipos que ya conocíamos y que no han movido demasiada ficha:
Espanyol,
Valladolid,
Getafe,
Betis, Granada...a los que se les une las vueltas de
Villarreal,
Almería y
Elche a la máxima categoría tras - unos más y otros menos - algún tiempo de ausencia. Así arranca una Liga que aunque tal vez no tenga a priori el nivel de antaño, se acoge con las ganas de siempre. Es como el dicho aquél del que tiene un hijo feo: yo lo quiero igual.